«Si no está en la LISTA, no existe» Aprendí esta frase de mi entrenador, socio comercial y amigo, Stew Smith. Conocí a Stew en 2014 cuando me inscribí a su entrenamiento físico en vivo… lo que significaba que me enviaba entrenamientos malévolos cada semana y mi trabajo era hacerlos. Stew básicamente me decía «Haz lo que te digo. No te rindas. Obtendrás resultados», Tomé su consejo. He progresado, me he puesto en buena forma y me he sostenido, más o menos con algunos golpes por aquí y allá. Le dije algo a Stew una vez al principio, sobre todas las buenas intenciones que tenía de hacer todo lo que él me había enviado y algunas cosas MÁS que se me ocurrieron. Pero nunca parecí llegar al entrenamiento extra que me propuse, Stew me dijo «¡Si no está en la LISTA, no existe!» Continuó explicando que lo que sea que esté en la lista tiende a hacerse… pero las cosas que no figuran en una lista que estás comprometido a completar, rara vez, si es que alguna vez, se hacen. Entonces, realmente hay un proceso de dos pasos aquí. Paso 1 – Si quieres hacer alguna cosa, ponlo en una lista. Paso 2 – Comprométete a completar los elementos de la lista.Sé que suena simple, pero ¿Cuántas cosas están rondando tu cabeza en este momento que están sin hacer? ¿Están en una lista? (Si o no) ¿Estás comprometido a hacerlas? (Si o no) Si no tienes un SÍ como respuesta a estas dos preguntas, entonces estás jodido… nunca se hará. […]

Cuando no haces nada, estás peor que cuando haces algo y resulta mal. Una de las situaciones más incómodas a las que se enfrenta una persona es aquella de sentir que su vida es vacía, que no puede avanzar hacia lo que quiere, que eso que desea se le escapa de las manos. Creemos que la vida nos lo arrebata, pero la mayoría de las veces, sin embargo, es nuestra responsabilidad. Una de las creencias limitantes más arraigadas en la cultura, especialmente en Latinoamérica, es esa de que cuanto nos sucede en la vida es fruto del destino, de un Dios, de las travesuras de los astros o, por último, de la casualidad. Y no es así, en ninguno de los casos: no somos marionetas del universo, a los que unos maquiavélicos terceros nos mueven a su antojo, caprichosamente. ¡No, no es así! Todo, absolutamente todo lo que sucede en tu vida, lo malo y lo bueno, lo positivo y lo negativo, es fruto de lo que haces. O, por supuesto, de lo que dejas de hacer. Más de esto último, repito. Te doy un ejemplo: si plantas un árbol y nunca más lo riegas, lo cuidas, él podrá mantenerse por un tiempo, pero llegará el momento en que se quiebre, se seque, deje de dar frutos. A los seres humanos nos sucede exactamente lo mismo. Imagina que fuiste a la escuela primaria y por cualquier razón jamás volviste a nutrir tu conocimiento, a aprender algo más. Por supuesto, el resultado lógico es que […]