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El poder de por qué, de Amanda Lang

La productividad depende de la innovación, misma que depende de una gran curiosidad –la búsqueda de saber: ¿Hay una manera mejor, más barata o más rápida para hacer tal cosa? Esta es la pregunta que llevó a Jeff Bezos a crear Amazon, a Michael Dell a fundar Dell Computers y a Niklas Zennström a estructurar Skype. Preguntar por qué llevó a Chip Wilson a fundar Lululemon Athletica, un proveedor de ropa para yoga de calidad, y a cuatro estudiantes de Harvard a inventar Soccket, un balón de fútbol que genera energía eléctrica para familias a través de la energía cinética. La periodista de negocios Amanda Lang explica cómo el preguntarse “por qué” puede impulsar la innovación y promover el espíritu inquisitivo en su lugar de trabajo. Ella ofrece excelente información y ejemplos. Se recomienda sus conclusiones a padres, ejecutivos, educadores y a todos aquellos que buscan que sus organizaciones –o sus hijos, para el caso– sean innovadores y productivos.

En este resumen usted aprenderá
• Por qué la innovación exige curiosidad;
• Cómo fomentar que sus empleados pregunten por qué y por qué no y
• Cómo superar los siete mitos más populares acerca de la innovación.

Ideas fundamentales
• Los bebés nacen curiosos y durante la infancia permanecen naturalmente curiosos.
• Los padres, la escuela y la sociedad pueden extirpar la curiosidad de un niño.
• Con sus lecciones de tipo “cállate y hazme caso” la mayoría de las universidades dañan la curiosidad tanto como las escuelas primarias y secundarias.
• Los innovadores son curiosos y creativos. Quieren saber si hay una forma mejor, más barata o más rápida para hacer algo.
• Los innovadores exitosos se plantean a sí mismos y a otros muchas preguntas difíciles, hasta dar con las respuestas correctas.
• Evitan las asunciones, el pensamiento tradicional y el conocimiento convencional.
• Identifican necesidades que no se están satisfaciendo y descubren maneras para hacerlo.
• La mayoría de las innovaciones representan desarrollos incrementales, no de cambio de 180 grados.
• Evite los mitos de la innovación. Dese cuenta de que no siempre es un esfuerzo en solitario y que no todo cambio es bueno. Por ejemplo, una nueva Coca-Cola.
• Acepte que su razonamiento puede estar completamente equivocado.

Resumen:

La historia de SawStop
Desde pequeño el abogado en patentes Steve Gass disfrutaba desarmar cosas complicadas y luego volverlas a armar. Como abogado convertido en inventor, Grass mantiene su curiosidad por saber cómo funcionan las cosas. Hoy su pasión es su invención SawStop, una herramienta que evita que las personas se corten los dedos con un serrucho. SawStop es importante para Gass porque cuando tenía cuatro años de edad se cortó parte del pulgar jugando con las herramientas de su padre. El sensor de SawStop detecta obstrucciones y puede notar la diferencia entre madera y carne humana. Al detectar un obstáculo, SawStop detiene la sierra. Primero Gass usó salchichas para probar SawStop y en el 2000 Gass hizo la prueba con sus dedos antes de introducir SawStop en el mercado.

La innovación y la curiosidad
Gass siempre ha sido curioso por naturaleza. El hacerse una sola pregunta lo catapultó hacia el camino para la invención y la comercialización de SawStop. Se preguntó: “Oye, ¿me pregunto si hay una forma para detener la sierra lo suficientemente rápido y evitar la herida?” Su curiosidad lo llevó a la respuesta. La curiosidad es la fuerza que impulsa su vida. Como resultado de su curiosidad y su decisión de hacer las preguntas básicas para obtener las respuestas, SawStop es ahora una innovación exitosa. Por la parte humanitaria resuelve un problema peligroso de este tipo de accidentes. La Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de Estados Unidos informa que en el país se tratan médicamente 67 mil 300 heridas por contacto con sierras cada año. En el 2002 la revista Popular Science incluyó a SawStop como una de las 100 Mejores Innovaciones del año.

“Antes de que alguien pueda hacer algo innovador u original, debe existir un sentido de querer saber o por lo menos una chispa de interés y montones de preguntas”.

Tras determinar que su invento funcionaba, Gass se asoció con dos abogados de patentes para su fabricación y comercialización. Dirigir SawStop es el empleo de sus sueños porque encuentra que inventarlo, perfeccionarlo y comercializarlo es tanto un reto como una actividad muy interesante. Estos atributos principales son la motivación de la mayoría de las personas curiosas que se convierten en inventores y, posteriormente en empresarios.

Las preguntas son lo más importante
La disposición a cuestionarse y criticarse a sí mismos y a sus ideas distingue a los inventores como Gass, quien explica: “Una parte importante de la innovación es ser crítico y saber qué se debe descartar. Es crucial preguntarse por qué no funciona algo, qué está mal.” Sin embargo, no todo el mundo piensa de esta manera. En lugar de preguntarse una y otra vez sobre cómo mejorar algo, la gente tiende a conformarse con la primera respuesta que encuentra y deja de investigar. No quieren repensar las cosas. Pero las preguntas subsiguientes generan respuestas que llevan a las innovaciones
más significativas.

“Los negocios más consistentemente exitosos e innovadores del mundo promueven una cultura de investigación, no solo en las altas esferas, sino en toda la organización”.

La mayoría de los individuos deja de hacerse preguntas cuando llega a la edad adulta, lo que no ocurre en los niños, quienes piensan que “por qué” es la pregunta más importante del mundo. Y la hacen sin parar de muchas formas: ¿A dónde van los perritos cuando mueren? ¿Por qué me tengo que ir a acostar y tú no? ¿Qué pasa si le pongo leche a mi espagueti? ¿Qué hago para que el tren funcione?

Los niños son intuitivamente curiosos
A los pequeños les encanta preguntar, formular hipótesis, probar y experimentar. Ellos experimentan –que es una forma de cuestionar– intuitivamente. Hacen muchas preguntas porque son curiosos por naturaleza y afortunadamente algunos crecen para ser adultos curiosos. Al igual que Steve Gass, siguen haciendo preguntas y descubriendo respuestas valiosas. Pero ocurre que muchos niños dejan de ser curiosos conforme crecen porque sus padres bloquean su constante interrogatorio. Cuando un padre responde “Porque lo digo yo, por eso”, el niño recibe el mensaje de “¡Déjame en paz!”

                                 “Hacer preguntas es un reto inherente al statu quo”.

Rechazar la joven curiosidad de esta manera mata su deseo de averiguar. Las advertencias sobre los peligros de la curiosidad suelen presentarse más o menos al mismo tiempo que los niños comienzan a buscar activamente explicaciones causales, a buscar la información que les ayude a predecir e interpretar eventos y entender el mundo. Cuando están en edad preescolar, los niños reciben respuestas satisfactorias a sus cuestionamientos y saben que pueden seguir haciendo nuevas preguntas. Estudios muestran que niños que mantienen su curiosidad conforme crecen –sin padres, escuelas o la sociedad que se la reprima– logran resultados 12 puntos más altos en pruebas de CI que niños menos curiosos.

“Hacer preguntas que conduzcan aunque sea a pequeños cambios puede hacer sentirnos más comprometidos y satisfechos”.

De manera más práctica, las personas curiosas resultan ser los grandes ganadores en la economía del conocimiento de hoy. Son los que resuelven los problemas de la sociedad. Las personas curiosas no aceptan el statu quo, hacen una serie de preguntas rigurosas para llegar a soluciones innovadoras para problemas complejos. La curiosidad es crucial tanto para la innovación como la estrategia de negocios.

Las respuestas de memoria
De la misma manera en que los padres inadvertidamente reprimen la curiosidad de sus hijos, muchas escuelas no hacen nada para fomentar las mentes inquisitivas de los jóvenes estudiantes. La mayoría de las escuelas son competentes para presentar información, pero pésimas para fomentar el valor de la curiosidad. Un investigador describe a las escuelas como una pedagogía de “un juego de escondidas intelectual” en el que los maestros tienen todas las respuestas correctas que los alumnos buscan encontrar, memorizar y repetir. En este ambiente los estudiantes pronto confirman que los maestros no tienen ningún interés en sus ideas, pensamientos y conclusiones independientes. Los jóvenes estudiantes aprenden que la mayoría de los maestros solo quiere respuestas de memoria a sus preguntas, no ideas originales ni pensamiento innovador. La curiosidad no tiene ningún valor para ellos.

Un trato educativo desventajoso
Lo que se percibe en la mayoría de las escuelas es profundamente triste. Los jóvenes llegan echando chispas con preguntas que les queman la mente, pero salen de la escuela años más tarde con pocas, si algunas, preguntas y poca curiosidad. La curiosidad de la mayoría de los niños disminuye según avanza de un grado al siguiente. Para cuando se gradúan, la escuela ha borrado todo rastro de su curiosidad.

“Si una empresa planea su estrategia mediante un proceso disciplinado de preguntas indagatorias, la probabilidad de tomar las decisiones correctas (y ser capaces de recobrarse de las equivocadas) es mucho mayor”.

La mayoría de las escuelas no les enseña a los estudiantes a aprender. En su lugar les exigen memorizar un montón de datos inconexos, muchos de los cuales se vuelven obsoletos muy rápidamente. La mayoría de las escuelas no les enseña a los estudiantes a pensar por sí mismos. Los examinan para asegurarse de que aceptan los hechos que sus maestros les presentan sin cuestionar nada. Sin otra referencia, la mayoría de los jóvenes estudiantes acepta pasivamente este trato desventajoso. Las universidades que imparten lecciones de tipo “cállate y hazme caso” hacen poco para detonar la curiosidad de los estudiantes. Al igual que los más jóvenes en educación primaria y los adolescentes en secundaria, muchos universitarios aprenden que las buenas notas son lo que más cuenta y las obtienen mediante respuestas correctas de memoria, pero no por ser curiosos, hacer preguntas o pensar por sí mismos.

“Sencillamente el pensar como niño, con los beneficios del razonamiento analítico adulto, puede ayudarle a pensar de manera más innovadora”.

Muchas universidades, desde las más prestigiosas hasta las menos, se han convertido en poco más que fábricas de títulos. Y los estudiantes entienden esta dinámica. Saben que necesitan un título universitario para obtener un empleo bien pagado. Un estudiante de Columbia lo explicó sin rodeos: “No estamos aquí para recibir una educación. Estamos aquí por el título.” Nada de esto fomenta la curiosidad. Esta requiere de una mente abierta dedicada al descubrimiento en donde preguntar por qué sea el impulsor. El pensamiento fresco implica empezar con nuevas ideas y dejar de lado el conocimiento convencional, las viejas creencias y los supuestos. Abandone sus preciadas ilusiones.

“Presionar control-alt-delete requiere que adopte una nueva manera de pensar, una que al principio puede sentirse incómoda si tiene más de tres años de edad”.

Cuando se cuestione cómo funcionan las cosas también cuestiónese a sí mismo. Sea consciente de sí mismo. No se concentre en preguntas y conclusiones. Cuestione todo. Pregunte por qué repetidamente. Descubra usted mismo qué es cierto y qué es falso. Busque nuevos conocimientos y no tema lo que encontrará. Sea valiente y reaccione a sus respuestas. Averigüe qué es eso que nadie está haciendo y hágalo usted. Sea paciente. Apple no inventó el iPhone, iPad y iPod de la noche a la mañana. Nunca haga menos que soñar en grande, pero prepárese para toparse con caminos sin salida, búsquedas infructuosas… y el fracaso. Cuando se trata de innovar, el fracaso es parte del negocio. Los innovadores aprenden de sus errores. No son cínicos y se perdonan a sí mismos cuando se equivocan.

Problemas universales
Los innovadores sabios entienden que todos los problemas son universales. A menudo los innovadores en otras industrias ya han descubierto u optimizado soluciones que usted puede adaptar. Los innovadores efectivos nunca se conforman con la primera solución, sino que siguen haciendo preguntas para perfeccionar sus conclusiones. Este es el caso de las actualizaciones tecnológicas avanzadas que remplazan a sus versiones anteriores. El siguiente paso consiste en discernir qué innovaciones valen la pena. General Electric, que en promedio registra cinco nuevas patentes al día, tiene la práctica de analizar y cuestionar sus decisiones corporativas, y está preparada para desecharlas si no dan resultados.

Siete mitos comunes de la innovación

Conforme desarrolla su espíritu innovador, evite estos mitos:
1. La innovación se trata de la cosa más nueva–Algunas innovaciones cambian al mundo, pero la mayoría conlleva un cambio incremental al statu quo. Usted puede aplicar la innovación incremental a sus asuntos cotidianos. Hacer pequeños cambios en cómo los maneja puede, en suma, mejorar su vida drásticamente.
2. La innovación es una actividad en solitario–Muchaspersonas piensan en términos estereotipados acerca de los inventores y los innovadores. Los ven como personajes excéntricos y descabellados o científicos locos que trabajan arduamente y aislados. Pero dependen de sus compañeros de equipo y colegas para hacer que sus nuevas ideas sean verdaderos progresos.
3. La innovación no se puede enseñar–LaQuestUniversityCanada enseña innovación todos los días. Los alumnos solo estudian una materia a la vez en seminarios durante los cuales cuestionan a sus maestros y compañeros. Aprender a hacer preguntas productivas incluye plantearse preguntas difíciles a sí mismo para estimular su pensamiento.
4. La innovación es de arriba para abajo – Steve Jobs era el clásico innovador arriba-abajo que siempre prestó atención a los empleados de primera línea de Apple. Jobs sabía que debido a su cercanía con los clientes, podían tener información especial acerca de los productos y servicios de la empresa. Muchas organizaciones, como Whole Foods y los hoteles Four Seasons, dependen de sus empleados de primera línea para obtener ideas innovadoras. Los esfuerzos de innovación arriba- abajo normalmente terminan sofocados si los gerentes y otros líderes no están dispuestos a escuchar a “los de abajo” e insisten en un enfoque de una pregunta, una respuesta.
5. No se puede forzar la innovación – Las organizaciones no pueden ordenar a sus empleados a ser innovadores. No es así como funciona. Pero sí pueden crear ambientes de trabajo que fomenten que los empleados piensen y actúen de manera innovadora.
6. El cambio siempre es bueno – Estudios indican que a la gente le gustaba el sabor de la Nueva Coca. Sin embargo, la llegada de la nueva gaseosa implicaba que había algo mal con la vieja y los consumidores lo encontraron sacrílego. La Coca-Cola Company rápidamente retiró su reformulación de la Coca-Cola y regresó a su fórmula clásica.
7. La innovación no es para todos – La historia demuestra lo contrario. Desde la Prehistoria, los humanos innovan para mejorar sus vidas. La innovación es un bicho que pica a cualquiera.

Piense como niño
La innovación depende del pensamiento divergente, es decir, de ver el mundo de manera distinta a todos los demás. Requiere constantemente hacerse las dos preguntas esenciales –por qué y por qué no– de las que dependen los niños en su intento por entender el mundo. Incorpore estas preguntas como parte integral de su vocabulario. Ser curioso significa pensar como niño y preguntar sin pudor. Significa mantener una mente abierta y alejarse del conocimiento convencional y las nociones preconcebidas. Acepte que su pensamiento puede estar mal, pero nunca se conforme con la primera respuesta simplista. Juegue con el problema. Trate cada tema como un acertijo. Intente diferentes aproximaciones y persevere hasta que dé con la solución ideal. Tener la mente abierta significa disfrutar el pensar con creatividad y satisfacer su curiosidad.

Sobre la autora
La premiada periodista Amanda Lang cubrió el tema de los negocios en América del Norte durante 20 años. Es productora y presentadora del programa Bloomberg North en Bloomberg TV Canadá.

Publicado en interés general, superación.

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