Experiencias de vida…….Ing. León Rangel

Perdí  mis escritos biográficos en otro hosting que falló. Tratare de recordar experiencias de vida que nos marcan o hace que seamos como somos, para bien o para mal.

Nací entre el trabajo y la cruz un 2 de Mayo  algún tiempo atrás , en la ciudad de Navojoa, Sonora.  Tierras de tribu Mayo, donde impera la agricultura y la ganadería. Y el béisbol invernal, ja ja.

Siendo el primogénito de 11 hijos, mis padres admirables, gente trabajadora, mantenían a la familia con una tienda de abarrotes, y antes una tortillería.

Poco recuerdo mi niñez, solo que desde bebé ayudaba en la tienda con mis lloriqueos al llegar clientela, y ya más grande, me comía las ganancias, al comerme las conchas de chocolate, me encantaban. Poco he comido semejantes en la Cd. de México.

Ya en la primaria “Club de Leones” de la colonia, empecé mi roce social, de maneras difíciles, ya que los compañeros, eran pendencieros conmigo, y no por ser el hijo de Rangel de la tienda “El sol sale para Todos” o quizá si, no se. Esa época fue muy solitaria según recuerdo, aunque tenía mis hermanos más pequeños, me gustaba ir a unas minas de arena, donde jugaba según al “Llanero Solitario”.

Tenia pocos amigos, y abusaban a veces, me perseguían a pedradas y una vez si me dieron en la cabeza, sentí que me desmayaba. Y decían mentiras de mi, a mis padres al ir a la tienda, para que me castigaran. Cosas así medio recuerdo. No se luego si fue así, pero un día me agarré a golpes con uno de ellos y no dejaba de pegar hasta verlo tirado y sangrando, allí me di cuenta que era violento, y quizá hizo que no más fuera peleonero y me volví más pacifico en exceso. Pero me dejaron en paz.

Así paso primaria, secundaria y preparatoria. Siendo un estudiante normal sin grandes honores ni amistades que recordar. Ayudando en la tienda, limpiándola y comiéndome las conchas, ja ja. Jugando con mis hermanos, fútbol, béisbol, o box, donde mis hermanas siempre me ganaban, no les digan, pero me tiraba.

Estando en la vocacional, un Cecyt, casi a final de curso, invitaron alumnos a trabajar a una planta aceitera, “ Aceites del Mayo”, y me apunté; aún no decidía carrera ni medios para cursarla. Allí estuve de obrero, trabajando cada semana un turno diferente, se cubrían los tres turnos. Y tenia encargada la producción de aceite de Cartamo y soya.

Experiencias de todo tipo, viví en la planta aceitera, entre ellas la muerte  de un compañero, por caer en la extractora de hexano, siendo muy tóxico. Cuando fue rescatado, me tocó tomar el pulso y tratar de reanimarlo, pero no se pudo hacer nada. Hubo otros accidentes, pero nada grave. Siempre nos cuidábamos de chispas porque el hexano es explosivo. Toda la herramienta era de cobre.

En una de esas llegadas del segundo turno, entre 11 y 12 de la noche, caminar sobre las vías y despoblado todo oscuro, ya en la colonia, me empezaron a rodear varios chavos, pero uno de ellos dijo: es hijo de Rangel y se apartaron, allí si valió, ser hijo de mi padre,  conocido por todos.

El trabajar en esa planta aceitera, fue decisivo para escoger mi carrera de Ing. Químico. Aunque también me gustaba la de Mecánico Electricista. Estando entre la maquinaria extractora de aceite por medio de hexano, que luego se recuperaba, calderas, y muchas tuberías, instrumentos de medición, etc. Me empezó a gustar la química.

Al tiempo que decidí que iría a estudiar una carrera, me ofrecían ser supervisor de planta, pero no acepté y me inscribí al Instituto Tecnológico de Sonora (ITSON) que empezaba en Navojoa, ya que la Universidad estaba en la capital y era difícil irme. Me inscribe en Ingeniería Mecánica de entrada, pero la lectura de un librito “Que es química”, hizo que decidiera cambiar a Ing. Química, por todas las ramas que tenía .

Después de dos años con materias básicas, me tenía que ir a la matriz del ITSON en Cd. Obregón, Son. donde continúe los estudios otros dos años. Allí vivía en una talabartería, del padre de un compañero de estudios, que nos prestaba. Dormía sobre los cueros y pieles para hacer cintos y otras artesanías y nunca tuvimos electricidad, estudiaba a la luz de postes o lámparas de petróleo. Aún no usaba lentes, pero cuando noté que me equivocaba al copiar las tareas del pizarrón, me di cuenta de mi miopía.

Cada fin de semana iba a casa o a Empalme a unas reuniones con una familia. Decían que llegaba flaco y regresaba bien alimentado. La verdad comía lo que podía en medio de mis estudios, y el trabajo en el Centro de Investigación del Instituto, donde empecé con servicio social, luego prácticas profesionales y me pagaban, con lo cual cubría mi colegiatura. Se hacía investigación para producir proteína unicelular usando como sustrato la paja de trigo, abundante en el valle del yaqui, y se quemaba.

Al terminar mis estudios, con un promedio mayor a 9, hice a máquina de escribir (aun no había computadoras) un trabajo de tesis sobre uno de los proyectos que se realizaban en el Centro de Investigación, la remolacha azucarera que crecía en suelos salinos:

y fue idea de este Centro que fuera a la Cd. de México a la maestría en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del IPN (CINVESTAV-IPN). Lo que acepte y por otro motivo que me movía en aquel momento. Y que quizá luego escriba esa parte.

Así  a cuentagotas les conté parte de mis experiencias en Sonora.

continua…………………

Experiencias de vida….Ing. León Rangel (2da. Parte)