Escrito por un desarrollador tecnológico, que fue construyendo su carrera, persiguiendo su pasión y habilidades. aprendamos algo de su experiencia. Hoy es mi último día en Tyler Technologies . He estado aquí por aproximadamente 11 años. 10 años, 8 meses, 4 semanas y 5 días para ser exactos. He construido toda mi carrera profesional en este trabajo. Y he amado cada segundo de ello. Me contrataron un mes antes de graduarme de la universidad. Bromeo diciendo que el mes pasado fue el más difícil, no por mis exámenes finales sino porque ya tenía un trabajo de tiempo completo al que no le importaba si tenía un título. Durante los primeros siete años de mi carrera, fui desarrollador de aplicaciones de cliente pesado .NET. Empecé como desarrollador junior y poco a poco llegué a ser ingeniero líder en algunos productos. A principios de 2019, tuve la oportunidad de dirigir varios equipos en la nube, actualmente en voga. Fue un torbellino de oportunidades. Formé un equipo de ingenieros y nos sumergimos en el aprendizaje de los conceptos de la nube. Nos movimos rápido. Éramos ágiles. Adoptamos una mentalidad de iteración rápida que aceleró el desarrollo más rápido de lo que jamás había experimentado. Fue intenso. me encantó Crecí más en esos primeros dos años dirigiendo los equipos en la nube que en los siete anteriores. ¿Pero por qué? ¿Fue por la carga de trabajo? ¿Fue el equipo que me rodeaba? ¿Fue el contenido? Parcialmente. Hubo muchas lecciones que tuve que aprender como individuo que me ayudaron a crecer exponencialmente más rápido. Lecciones que no eran obvias al […]

La felicidad no solo resulta difícil de registrar (también se dice que la vida es lo que pasa cuando te ocupas de hacer otros planes) o medir, sino, sobre todo, de pronosticar.  De hecho, diversos estudios sugieren que somos incapaces en esencia de determinar qué nos hará felices o infelices en un futuro, y mucho menos hasta qué punto. O dicho de otro modo: quizá no se trate tanto de perseguir la felicidad (o un ideal de belleza) como de disfrutar de la que se nos presenta. La obsesión de los objetivos Cada vez más evidencia sugiere que, en general, estamos cada vez más obsesionados con el proceso de alcanzar objetivos, metas y propósitos, y que por ello es habitual que lograr el objetivo lleve aparejada la sensación de anticlímax. Para combatir esta desazón, entonces, nos fijamos otro objetivo, acaso más ambicioso. Una prueba de ello es que el uso de la frase «perseguir objetivos» (goal pursuit) no apareció en los libros escritos en inglés hasta 1950. Según explica Adam Alter en su libro Irresistible, hasta el siglo XIX ni siquiera existía una palabra precisa para definir este concepto, que es sinónimo de perfeccionismo. El perfeccionismo, hace un siglo, aparecía en el 0,1 % de los libros publicados. Hoy aparece en el 5 % del total de libros. Adler resume así: Como la maldición que condenó a Sísifo a empujar una roca cuesta arriba en una montaña eternamente, cuesta no preguntarse si los grandes objetivos de la vida no son, por naturaleza, una gran fuente de frustración, […]